Hoy queremos centrar nuestra atención en el comportamiento de una raza en particular. El progtagonista de hoy es el Shiba – Inu. Los «Shibas» son perros con una personalidad muy marcada.
Presentan características muy similares entre todos los individuos de la raza, y es preciso informarse de si su carácter se adaptará a nuestras expectativas.
Shiba – Inu
El Shiba es un perro de tamaño mediano-pequeño con un peso entre 10 y 15 kg y unos 38 cm de altura a la cruz. No suele presentar mucha diferencia entre machos y hembras. Es una de las 6 razas principales del Japón, destacando por ser la más pequeña de ellas.
Es un perro que se adapta muy bien a vivir en un apartamento o un piso, aunque necesita varios paseos diarios ya que es muy enérgico (recordamos que sería ideal que todos los perros disfrutaran de este espacio de tiempo para ellos).
Carácter
Es un perro muy independiente, no le costará demasiado quedarse solo en casas, y aprende muy rápido los hábitos de higiene. Lo que si es muy importante es socializarlo en la etapa de cachorro, ya que genéticamente están predispuestos a ser perros desconfiados y poco sociables.
A pesar de haberlo socializado, en la adolescencia aparecen las trazas de su carácter, mostrándose desconfiado con extraños, un hecho que se acentúa mucho más si no se produce dicha socialización.
Shiba y niños
Uno de los rasgos característicos del Shiba es que no le encanta el contacto físico en exceso. Por ese motivo no acaba de ser un perro que se sienta cómodo con los niños por su insistencia en querer jugar, abrazar y achuchar al perrito.
Los niños acostumbran a tener un contacto bastante invasivo con los perros. Algunos lo toleran más que otros, ya que lo que para nosotros (un abrazo) puede ser muestra de cariño, para muchos perros es un acto demasiado invasivo y molesto. Puede mostrarlo con algún tipo de aviso (gruñido o rechazo), pero si no se le respeta ese aviso puede llegar a mostrarse agresivo.
Independencia
Como hemos comentado, el Shiba es un perro de un carácter independiente. Eso se traslada a todos los aspectos de su educación, incluidos la obediencia. Es complicado motivarlo con estímulos, por lo que deberemos empezar su educación a edad temprana y con estímulos muy atractivos.
Es necesario mantener un vínculo con disciplina, pero sin brusquedades físicas ni imposiciones basadas en la cabezonería. El positivismo es un gran aliado en estos casos. Si aceptamos estas condiciones, somos aptos para compartir la vida con un Shiba.
Joan Carles Prats
Escola d’educació i comportament caní
Tel: 629113662
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