La ansiedad por separación o síndrome del abandono, es un frecuente y habitual trastorno comportamental en los perros, siendo uno de los principales motivos de consulta de propietarios que se encuentran desorientados ante una serie de conductas que su perro presenta al quedarse solo.
¿Ansiedad por separación?
Explicado de forma sencilla, el perro no quiere o no ha aprendido a quedarse solo.
El origen puede deberse a varias causas y es decisivo la rapidez en el tratamiento, no siendo lo mismo detectar la ansiedad en las primeras fases que tratar la alteración cuando el perro ya lo sufre desde hace años.
Y si, podemos decir que el perro sufre y mucho en esta situación.
Enumerando los principales síntomas de la ansiedad por separación, nos podemos encontrar con que el perro al quedarse solo, llora, ladra, jadea mientras anda solo por la casa sin rumbo alguno, destroza o defeca y se orina indiscriminadamente.
¿Cómo actuamos?
Esto es solo la consecuencia de un mal estar importante, por tanto es vital no reñir al perro al llegar a casa. En esta situación los propietarios se sienten impotentes y se ha popularizado la creencia que si se le riñe el perro dejará de hacerlo y es totalmente falso.
En primer lugar, el animal siente una ansiedad difícil de describir y por esta razón realiza estas conductas con el objetivo de minimizar su mal estar, el perro no es dueño de sus actos, con lo que no lo hace como reprimenda hacia nosotros.
La posterior riña a la llegada del propietario intensifica la ansiedad y el miedo deteriorando la relación entre el perro y propietario, ( imaginemos que nosotros sufrimos una crisis de ansiedad y alguien se acerca y nos riñe..), es lo que menos necesitamos.
Mejor prevenir que curar
Como hemos indicado la precoz detección es decisiva para que el problema no se cronifique.
Si observamos que nuestro cachorro o perro adulto nos empieza a seguir por casa a todos los sitios por donde nos movamos, que necesita constante contacto físico y que empieza a mostrarse nervioso al ver que nos ponemos el abrigo y cogemos las llaves para irnos sin él, es probable que estemos ante una primera fase de la ansiedad por separación.
El protocolo a seguir ante esta situación sería ponerse en contacto con un educador canino. En función del grado de ansiedad, sin lugar a dudas, hay que dirigirse a un etólogo clínico.
En muchos casos a parte de pautas de comunicación y conducta dirigidas por el profesional, es necesario reforzar la terapia con un tratamiento farmacológico que nuestro etólogo clínico prescribirá. Dicho fármaco actuará disminuyendo la ansiedad del perro, no dejándolo dormido como muchos propietarios de perros creen. A medida que el perro empieza a gestionar mejor el hecho de quedarse solo, la medicación se va reduciendo siguiendo las pautas del etólogo.
Joan Carles Prats
Escola d’educació i comportament caní
Tel: 629113662
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