Nuestros peludos reciben cada día una gran cantidad de estímulos. A ese conjunto de estímulos o señales que el perro percibe le llamamos entorno. Es importante conocer qué efectos tiene o que relación hay entre el perro y su entorno.
El perro y su entorno de cachorro
Los profesionales del sector de la educación canina hacemos mucha incisión en la importancia de socializar a los cachorros para acostumbrarlos a todo tipo de estímulos: personas, ruidos, otros perros, bicicletas, ciudad, campo, etc.
De esta forma evitamos problemas conductuales en el futuro. En un núcleo familiar hay una gran cantidad de tareas que se desarrollan a lo largo del día (recados, gestiones, niños, horarios, etc.) y que también es importante acostumbrar al cachorro a ello.
La confianza en el paseo
Uno de los problemas que conllevan las tareas del hogar para con la rutina del perro es el poco tiempo o la fijación de una rutina de paseo. Normalmente seguimos una ruta habitual cada día a la que el perro está acostumbrado.
Sin embargo, muchos propietarios se extrañan al ver que, cuando modifican un poco la ruta o lo llevan por sitios que no frecuenta habitualmente, el perro muestra desconfianza o un estado de alerta mientras pasea por dicho entorno.
La clave está en la socialización
Por ese mismo motivo, la socialización a edad temprana es clave. Si ponemos un perro bien socializado y acostumbrado a varios entornos en una situación poco controlada, se mostrará alerta, evidentemente, pero reaccionará con tranquilidad ante cualquier imprevisto.
Sin embargo, si acostumbramos a un perro a defender un espacio (por ejemplo un jardín) o a no recibir estímulos distintos, no solo se mostrará alerta en situaciones de imprevisto, sino que puede llegar a ser agresivo o entrar en un pánico que nos lleva al descontrol del animal.
Las experiencias vividas en cada entorno prepararán al perro para comportarse de la forma que él vea oportuno (y nosotros nos tenemos que asegurar que sea una respuesta tranquila y serena, que no hay peligro).
¿Cómo lo soluciono?
¡Fácil! Una mascota es un miembro más de la familia, y hay que dedicarle tiempo. Si nuestro caso trata de un perrito que se siente inseguro cuando cambia su ruta de paseo, la solución será variar constantemente las rutas y estimulando positivamente los paseos. Conseguiremos una respuesta tranquila en varios entornos.
Sin embargo, si nos encontramos con un perro «protector» de un territorio es un pelín más complicado. Sería recomendable reubicar al perro en una zona en la que no siguiera aprendiendo el comportamiento de «guarda». De esta forma olvidará la escena de extraños entrando a su parcela de jardín. Sin embargo, es recomendable acudir a un profesional para trabajar la respuesta y la socialización con las personas.
Es muy importante alternar rutinas y rutas para que el cachorro socialice en diferentes entornos y tenga todo bajo control.
Joan Carles Prats
Escola d’educació i comportament caní
Tel: 629113662
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