¿Alguna vez has escuchado la historia de Hachiko? Hachiko fue un perro japonés de raza Akita, que es recordado aún a día de hoy por la lealtad que le tuvo a su amo, incluso unos años después de que éste muriera.
Este Akita fue adoptado en 1924, a los meses de nacer, por un profesor de ingeniería agrónoma de la Universidad de Tokio, llamado Eisaburo Ueno. En un primer momento, el perro estaba destinado a la hija del profesor. Sin embargo, ésta abandonó la casa por quedarse embarazada y casarse. Motivo por el cual el profesor, que se había encariñado con el perro, se lo quedó.
Cada día el perro acompañaba a su amo a la estación de Shibuya, para despedirse de él cuando iba al trabajo. Al final del día, el Akita regresaba a la estación para recibirlo. No fue inadvertida, por nadie, esta curiosa rutina que tenía el perro.
El 21 de mayo de 1925 el profesor Ueno sufrió un paro cardíaco mientras daba clase en la Universidad de Tokio y murió. Este hecho no irrumpió en la rutina de Hachiko que continuó acudiendo todos los días, durante 9 años, a la estación de Shibuya a la hora en la que llegaba el tren que traída de vuelta siempre a su dueño.
Hachiko, famoso en todo el mundo
La historia de Hachiko se hizo pública cuando el diario Asahi la recogió en 1932. A raíz de ese momento, el perro se convirtió en toda una celebridad y los usuarios de la estación de Shibuya le comenzaron a dar de comer y a atender a diario, hasta que falleció el 8 de marzo de 1935.
La lealtad de Hachiko tuvo tal impacto en la sociedad japonesa, que se lo ha homenajeado y reconocido a lo largo de los años, con una estatua y un mural en la estación donde solía esperar a su amo.
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