A la hora de comparar entre varias marcas de alimentación para mascotas nos encontramos en muchas ocasiones con dificultades para saber qué es bueno y qué es malo. La etiqueta alimentaria debería solventar nuestras dudas, pero la mayoría de veces no somos capaces de comprender qué nos indica cada etiqueta.
Etiqueta alimentaria
La etiqueta alimentaria es la información que aparece en el envase (regulada por la legislación vigente de la UE) que describe el contenido del producto a varios niveles. Por lo tanto, se trata de un documento legal que debe reflejar varios puntos:
- Denominación legal del producto. Aquí aparece tanto el destinatario (cachorros, gatos esterilizados, etc) y el tipo de producto (pienso, snack, comida húmeda, etc.)
- Denominación comercial del producto. Tiene relación directa con los ingredientes. Si denominamos un ingrediente tal cual (por ejemplo pienso de Salmón) debe llevar mínimo un 26% de dicho producto. Si tiene mínimo un 14% debe poner Alto en, rico en, extra en Salmón. Y si tiene un 4% el nombre será contiene o con Salmón.
- Etiqueta de ingredientes y componentes analíticos. En este punto aparecerán por orden de cantidad todos aquellos ingredientes y los componentes analíticos (lo que la mascota absorbe a nivel nutricional).
¿Y qué es bueno o malo?
El último punto es el que nos interesa para verificar qué calidad tiene el producto. Erróneamente mucha gente se fija en la denominación del producto. Hay dos formas de declarar un ingrediente: Por nombre específico (proteína deshidratada de pollo) o por categoría (carnes y subproductos animales).
Si bien es cierto que la declaración por nombre específico es más transparente, la manera que tenga la marca de nombrar el ingrediente no tiene que ver con que el producto final sea mejor o peor. En muchas ocasiones se recurre a etiquetar el ingrediente como «fresco», pero el cliente no tiene en cuenta que la humedad es muy importante.
Para realizar el pienso esa humedad debe desaparecer, dejando como resultado ingredientes en base a materia seca (es decir, el ingrediente salmón fresco realmente acaba siendo proteína de salmón hidrolizada, deshidratada, etc.). De aquí es de donde sale la mayoría de la proteína, por lo que el hecho de añadir «fresco» aun sabiendo que el valor nutricional reside en la materia seca es marketing puro.
¿Cómo distinguimos el valor nutricional?
En los componentes analíticos de la etiqueta alimentaria encontraremos los nutrientes. Hay unos parámetros obligatorios (proteína bruta, grasa bruta, cenizas brutas, fibra bruta).
En estos puntos debemos observar varias cosas. En la proteína, si la diferencia entre el porcentaje de ingrediente (por ejemplo 75% salmón fresco) concuerda con el porcentaje de proteína bruta estaremos viendo qué cantidad de ese ingrediente es realmente lo que asimila el animal. Aquí podemos observar si la etiqueta busca o no el marketing.
Las cenizas nos informan de la cantidad de minerales que hay y la calidad de las materias primas. Unas cenizas por debajo de 10% son buenos valores. En Retorn nos movemos entre el 7 y el 8%.
En la fibra bruta también podemos ver la digestibilidad del producto y la energía que contiene. A más fibra menos aporte de energía.
Hay otro componente que no es obligatorio declarar. Se trata de los extractos libres de nitrógeno, en el que encontramos los almidones, los azúcares y los prebióticos, lo que supone casi el 40% (en algunos casos el 60%) de las recetas que hay en el mercado.
¿Y los aditivos?
En Retorn utilizamos aditivos naturales. Productos autorizados que facilitan la conservación, mejoran la digestibilidad (como los probióticos tindalizados), vitaminas y minerales quelados para mejorar el valor nutricional del producto. También hay conservantes y antioxidantes naturales. Todo este proceso consigue un producto rico nutricionalmente y que, obviamente, tiene un coste mayor por la calidad de estos aditivos.
Recuerda que los aditivos no son nada malo, siempre que no se trate de organismos modificados genéticamente, aditivos artificiales o dañinos. Puedes leer ventajas sobre el pienso en este artículo.
¿Tienes dudas? Pregunta
¿Sigues sin saber qué es lo bueno o lo malo? Pregúntanos sin problema. Nuestro equipo nutricionista te ayudará a entender por qué deberías o no probar nuestras recetas.
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