¿Por qué no es bueno el trigo para los perros?

Los piensos y latas Retorn son “Grain free”, es decir, no contienen cereales en su composición. Esta decisión responde a la filosofía de la marca de ofrecer los mejores alimentos 100% naturales para perros y gatos. Y, sí, el trigo es un alimento 100% natural pero no es bueno para nuestros amigos. Te contamos porqué.

El organismo de los perros no está creado para digerir cereales. Los perros son animales carnívoros, por lo que no poseen las enzimas necesarias para digerir el almidón (hidratos de carbono complejos) que se encuentra en los cereales. Cuando les damos cereales, como el trigo, se crea una cadena de sobreesfuezos en el organismo del animal para digerir el alimento en la que el páncreas genera demasiada insulina. Estos desajustes acaban derivando en enfermedades como pancreatitis, diabetes, alergias, sarro y hasta cáncer. Y entonces,

Nos tenemos que remontar a la aparición de la industria del pienso para mascotas, en las décadas de los 50 y 60. En esa época hubo un excedente de cereales y los propietarios de empresas de comida para animales se dieron cuenta que el cereal era un alimento “perfecto” para sus necesidades: servía como aglutinador del resto de ingredientes que conforman el pienso y era muy económico. No se pensó en ningún momento que el organismo de los perros no tolera los cereales.

Este es el motivo de que hoy en día los perros se alimenten a base de cereales y, como ves, no responde a ninguna necesidad del animal. El perro no necesita cereales y, lo que es peor, su organismo no tiene herramientas para digerirlos correctamente.

Aunque no todos los cereales son igual de nocivos para los canes. El arroz, por ejemplo, no lo es. Siempre y cuando se consuma con moderación y no suponga la base de la alimentación del perro, no genera ningún perjuicio al animal.

En los piensos de Retorn hemos sustituido los cereales por alimentos de alto valor nutricional como el boniato y los guisantes, que sí proporcionan beneficios al organismo de los animales. Éstos aportan al alimento un índice glucémico medio y constante que favorece la regulación del azúcar en sangre, para una mejor prevención y control de la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes.